Cuando Uruguay realizó su último censo de población en 2011, el 8.1% de las personas se clasificaban como negras.
Sin embargo, algunas estimaciones dicen que el número puede llegar al 14%. En Rivera, un departamento del norte que limita con Brasil, posiblemente casi uno de cada cuatro habitantes sea negro. El nuevo censo de Uruguay puede arrojar más luz.
¿Cuándo llegaron los africanos a Uruguay?
Los primeros africanos llegaron hace casi trescientos años, en 1750, antes de que Uruguay existiera como nación. Montevideo era un importante puerto de comercio de esclavos, al igual que Buenos Aires al otro lado del agua. Durante los siguientes 60 años, los ingleses y los españoles traficaron con un gran número de africanos esclavizados. La esclavitud fue abolida un siglo después, en 1846.
Los afrouruguayos son los principales contribuyentes a la cultura y el sentido de nación de Uruguay. Cualquiera puede ver eso por la presencia de Ritmos africanos en la música uruguaya y la danza y la centralidad del Uruguay negro en carnaval uruguayo.
somos afro
Los uruguayos negros fueron invisibles en las estadísticas oficiales entre 1852 y 1996. Una vez que el censo oficial comenzó a recopilar información sobre los afrouruguayos como grupo, las estadísticas demostraron que los uruguayos negros abandonaban antes la educación formal, tendían a tener trabajos de menor estatus y estaban peor pagados. .
Este fin de semana, un comienza nuevo censo nacional. Y con ella una campaña para animar a las personas de ascendencia africana a identificarse como tales. Las personas se han mostrado renuentes en el pasado debido a la falta de información o al estigma.
Una campaña #SomosAfro (#WeAreAfro) tiene como objetivo mejorar las estadísticas. Y explica que los datos precisos son esenciales para diseñar políticas específicas sobre inclusión, salud, vivienda, educación, acceso a servicios y más.
Los términos utilizados en el video son 'afro' o 'negra' (negro).
Haga clic aquí para más información sobre la historia de los afrouruguayos de este gran libro
Fuentes: El Observador
Compartí vía: